En el año 2003 la cadena SciFi Channel estrenó los dos primeros episodios piloto, en forma de miniserie, de la serie de ciencia-ficción "Battlestar Galactica", remake de una primera serie de finales de los años 70 y estrenada en nuestro país como "Galáctica, Estrella de Combate".

image1Aprovechando la ola favorable a la nueva ciencia-ficción de aventuras que habían abierto George Lucas con "Star Wars" y "Star Trek", la cadena de televisión norteamericana ABC se embarcó  a finales de los años 70 en el proyecto más caro de la televisión hasta ese momento con una serie titulada "Battlestar Galactica" cuyo episodio piloto se llegó a estrenar en la gran pantalla con un éxito relativo. Creada por Glen A. Larson, sus veinticuatro episodios (1978-1979) fueron recibidos con entusiasmo y vendidos a numerosas cadenas de televisión del mundo (TVE también) pero la respuesta efusiva se difuminó rápido y sólo vivió un efímero retorno con "Battlestar Galáctica 1980", de presupuesto más austero y sin sus protagonistas originales (solamente se mantenía Lorne Greene), que apenas duró diez episodios. Pese a eso, "Galáctica, Estrella de Combate" quedó guardada en el recuerdo como un clásico de la televisión y una serie de culto cuyo eco ha llegado hasta hoy.
Más de veinte años después, en plena era dorada de las series de televisión y confirmado el éxito de la ciencia-ficción en dicho medio con "Star Trek", "Babylon V", "Stargate" o "Farscape", de la mano de SciFi Channel y producida por Ronald D. Moore nos llegó esta "Galactica Re-imagined Series" o un remake de la clásica "Galactica" con nuevos elementos y personajes que se perciben como una re-interpretación libre de la serie original. Dicha serie, que en estos momentos se ha cerrado ya con cuatro temporadas (de 13 episodios la primera y de 20 la segunda, tercera y cuarta), una película para televisión titulada "Razor", se prepara una segunda película para televisión, un spin-off o precuela en desarrollo titulado "Caprica" y varios mini-episodios por internet llamados webisodios, se inició con un doble episodio piloto, en forma de miniserie, que abrió las puertas de la pequeña pantalla a las nuevas aventuras de Adama, Lee "Apolo" Adama, Gaius Baltar y los Cylon.
Es conveniente recordar que, entre una y otra, el actor y escritor Richard Hatch ("Apolo" en la serie original y el personaje secundario Tom Zarek en la nueva serie) se embarcó en la producción de un breve episodio piloto titulado "Galactica: The Second Coming" (1999) de cuatro minutos que, pese al silencio que la envolvió, sugirió a Ronald D. Moore la posibilidad de realizar esta nueva "Battlestar Galactica".

Esta de esta nueva "Battlestar Galactica" que se desmarca abiertamente de la serie original y toma una dirección distinta, presenta como escenario de partida a un mundo en paz, en un lugar indeterminado del Universo, doce colonias humanas en el lejano sistema de Kobol que han olvidado ya la terrible guerra contra los cylons acontecida cuarenta años atrás. La vigilancia se ha relajado y la desaparición de las criaturas robóticas que amenazaron la seguridad de los humanos se percibe tan lejana que ya incluso se retiran del servicio naves espaciales como la "Galactica", una reliquia obsoleta camino del museo. Pero el débil armisticio llega a su fin y, mediante un ataque sorpresa imprevisto y coordinado, los ejércitos cylon regresan para aniquilar a toda la raza humana, devastando los planetas y exterminando sus poblaciones. Solamente un puñado de naves, con la nave que iba a convertirse en atracción turística "Galactica" a la cabeza, consiguen huir de la horda agresora y tomar rumbo más allá del universo conocido, lejos de los Cylon, en busca de la mítica colonia humana del planeta Tierra.

Protagonizada por Edward James Olmos, Mary McDonnell, Katee Sackhoff, Jamie Bamber, James Callis, Tricia Helfer y Grace Park, entre muchos otros, los dos episodios de esta miniserie de hora y media de "Battlestar Galactica" nos presentan el escenario, los personajes, nos esbozan brevemente al antagonista cylon y nos guardan las correspondientes dosis de sorpresas para los minutos finales. Es una presentación del éxodo casi bíblico de los restos de la raza humana en busca de su Tierra Prometida, un argumento que bebe, evidentemente, de su predecesora de los años 70, pero también se pueden percibir con claridad influencias de series de televisión de ciencia-ficción como "Star Trek", "Babylon 5" o incluso de producciones cinematográficas como la saga de "Terminator". La lista es larga: los cylons de apariencia humana como los Terminators que llegan al pasado en busca de John Connor o los replicantes Nexus de "Blade Runner" (donde Edward James Olmos tenía un relevante papel como secundario), piel sobre acero, infiltrados y ocultos entre los humanos como uno más de ellos. Dopplegangers de la ciencia-ficción, camaleones de las sagas tecnológicas. Los cylons, como ese Arnold Schwarzenegger que llegaba desnudo al siglo XX en la película de James Cameron, son seres artificiales pero con componentes biológicos que quieren destruir la raza humana, infiltrados entre las filas enemigas. No es ninguna novedad, pues la lucha entre el hombre y la máquina es un recurrente argumento de la ciencia-ficción desde sus inicios, y ya fue explorada exhaustivamente por Isaac Asimov, con sus ramificaciones filosóficas. O también podemos ver a los borg de "Star Trek" como los cylons, colmenas de criaturas sin alma que obedecen un mandato primario… aunque el desarrollo de las cuatro temporadas de la serie cambiaran esta primera impresión inicial. O incluso podemos intuir influencias de las sombras de "Babylon 5", enemigos poderosos de oscuras intenciones, desde las formas estrelladas de sus naves principales hasta la sensación de abrumadora superioridad bélica que transmite su presencia en pantalla.
El comandante Adama de Edward James Olmos es una conjunción de todos los personajes de referencia de las series de televisión de ciencia-ficción: es más cerebral que el impetuoso Tiberus J. Kirk de William Shattner y más lejano que el Jean-Luc Picard de Patrick Stewart, capitanes de la nave estelar Enterprise de "Star Trek" más humanos que militares. Y con menos ética que el John Sheridan de "Babylon 5" de J. Michael Straczynski, dispuesto a cuestionar a sus superiores cuando cree que hay algo que no encaja en sus decisiones, pero más capacidad de mando y mucho más agrio que el Jack O'Neill de Richard Dean Anderson en "Stargate". Un poco de todos, mucho de ninguno.

Al remake de "Battlestar Galactica" se lo ha llamado "Galactica Re-imagined Series" por los cambios que ha introducido respecto a la saga original. ¿Cambios? Por ejemplo la astronave de combate "Galáctica" que fue capaz de resistir el ataque gracias a su blindaje especial en la serie original y que en la de 2003 sobrevivía al primer golpe gracias a los sistemas informáticos obsoletos propios de una reliquia de museo, debido a su tecnología antigua. O que los Cylon son ahora creaciones humanas mientras que en la primera "Battlestar Galactica" eran una civilización alienígena. De hecho, en general, la nueva “Battlestar Galactica” es mucho más oscura, adulta y pesimista que su predecesora.
Es cierto que se mantienen algunos personajes de la saga original como el comandante Adama, su hijo Lee "Apolo" Adama, Starbuck o el Dr. Gaius Baltar,… pero con algunos matices. Starbuck, antes Dirk Benedict ahora Katee Sackhoff, es una indisciplinada piloto, mujer, con tanto talento como carácter y Baltar (interpretado aquí por James Callis) ha perdido su título nobiliario de conde para convertirse en una de las mentes más brillantes de las colonias de Kobol, menos malvado que antes pero más ambigüo. Y el William Adama de Edward James Olmos es también más rudo, en aspecto y formas, que su predecesor Lorne Greene de la primera Galactica.
A ellos se añaden algunos nuevos, la mayoría femeninos, como la Ministra de Educación, Laura Roslin (interpretada por Mary McDonnell), cuadragésimo tercera en la línea de sucesión del Presidente fallecido, y que representa el poder civil frente al poder militar encarnado por Adama, o la bellísima agente Cylon del modelo número Seis infiltrada en la cabeza del doctor Gaius Baltar (interpretada por Tricia Helfer). La "cuota" femenina se completa con el cambio de sexo de Kara Thrace "Starbuck" antes mencionado, pero también de Boomer (interpretada por Grace Park), ahora piloto de apoyo. Y, en un afortunado gesto de nostalgia, se mantienen los cazas Viper idénticos a los Viper Mark II de la serie original, y que los pilotos consideran antiguallas.

La calidad de los efectos especiales en televisión ha mejorado tanto en los últimos años que los combates entre naves espaciales convierten la pantalla en un hormiguero de miles de aeronaves en una coreografía que no permite al ojo del espectador dominar la abrumadora sensación de cantidad de acontecimientos simultáneos. Ese exceso, que la pantalla grande del cine siempre ha acogido más adecuadamente, deja pequeña a la pantalla del televisor pero la miniserie de "Battlestar Galactica" no abusa de este tipo de planos y desarrolla la mayor parte de los acontecimientos en los interiores (pesados, oscuros, a veces claustrofóbicos) de las naves espaciales, tratando estos vehículos como se suele hacer en los largometrajes de submarinos: sensación de espacio pequeño y cerrado con mucho personal correteando por pasillos demasiado estrechos para acogerlos a todos. A destacar también la magnífica banda sonora, sobria, con presencia de sonidos de percusión, tambores de guerra anunciando el desastre.

Recuperar clásicos de la televisión está de moda. "Star Trek" ha vivido numerosas revisitaciones a lo largo de las últimas décadas, así como han vivido sus correspondientes remakes "El Coche Fantástico" o próximamente "V", entre otras muchas. Las ideas escasean, los guionistas se estancan y los productores miran atrás en el tiempo en busca de inspiración para productos que atrapen a las nuevas audiencias. "Battlestar Galactica" es un paradigma de referencia en el retorno de series de televisión que revolucionaron la ciencia-ficción a finales de los años 70, incorporando unos efectos especiales que hasta entonces solo se habían visto en el cine y convirtiendo la pantalla pequeña de miles de hogares en una extensión semanal de las grandes epopeyas galácticas que los cines estaban proyectando entonces. Junto a "Babylon 5", "Stargate", "Farscape" o "Star Trek" forma parte de este retorno re-imaginado a los orígenes de la ciencia-ficción televisiva que ha sacado a los espectadores de las salas de cine y que ha descubierto numerosos actores, directores o responsables de efectos especiales de gran talento que luego han dado el salto a la gran producción cinematográfica con sus ideas frescas, nuevas visiones de clásicos envejecidos.

En resumen, la miniserie de dos episodios de "Battlestar Galactica" es una magnífica puerta de entrada a una serie que se ha convertido en un producto de culto (como tantos otros, cierto) y que promete cuatro temporadas de emocionantes aventuras que iremos desgranando en artículos posteriores.

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