Anoche, al poco de llegar a casa, me lancé a escribir unas pocas líneas con las alocadas ideas que en ese momento inundaban mi cerebro. Era normal, había salido del cine hacía poco y la fanfarria de Williams aún resonaba en mi cabeza (aún lo hace). Por aquello de ser justos con lo escrito dejo, aquí debajo, mi escrito nocturno. Con unas pocas horas de sueño encima escribo ahora algo un poco más “sólido”, a la espera de la que será la reseña definitiva; la de Zangol. ¡¡Aviso que incluyo Spoilers!!

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal  (Steven Spielgber & George Lucas)
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Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal nos devuelve a un pletórico, aunque entrado en años, Harrison Ford, que regresa al papel que nunca debió dejar; el multifacético Doctor Jones; profesor, arqueólogo, amante, aventurero… ¡lo tiene todo! Y en esta película lo vuelve a demostrar a pesar de sus 66 años. Es lo mejor de una película de, para mi, gran calidad.

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El cine comienza con un homenaje de George Lucas a su American Graffiti, para acabar con un homenaje de Steven Spielberg a su Encuentros en la Tercera Fase y, quizás también, a su E.T.

Al poco vemos como unas tropas del ejército entran en una base de los USA tras masacrar a sus propios compañeros. Todo tiene su explicación, son naz… digo rusos que pretenden encontrar algo en un almacén del ejército: el Área 51. Además cuentan con un par de prisioneros para “ayudarles”, Mac y el Doctor Jones, forzosamente por supuesto. Aquí vemos cómo Indiana se las apaña para encontrar lo que buscan gracias a su inteligencia y habilidad y como, también, se las apaña para darle la vuelta a una situación que parecía final.

Desgraciadamente, y como viene siendo norma en el personaje, es traicionado por un Mac vendido a los comunistas y se ve obligado a huir a toda mecha del Área 51 para, en una exagerada huida, acabar en el campo de pruebas de una bomba atómica. Donde, después, es interrogado por un FBI volcado en la Caza de Brujas. Ni siquiera la importante colaboración de Indiana Jones con el Gobierno de los USA a lo largo de los años (¡cuántas historias nos hemos perdido! y cómo nos dejan claro que estamos ante un verdadero Héroe) impedirán que el FBI presione para que Jones sea despedido de su trabajo en la Universidad.

Cuando está a punto de marcharse del país un joven motorizado Mutt Williams pedirá su ayuda para salvar la vida del Profesor Oxley, un viejo amigo de Indiana. Momento en el que comienza la locura, que hasta ahora tan sólo había concedido una breve pausa a Indiana, y donde veremos, una vez más a nuestro héroe en pleno apogeo.

Steven Spielberg y George Lucas sabían perfectamente que el regreso de Indiana iba a ser mirado con lupa y seguramente por esto han cuidado al milímetro las escenas de acción, las persecuciones (muchas e impactantes), el humor, los guiños a las anteriores películas e incluso lo más polémico: el final.

Tengo que decir que encuentro su trabajo perfecto, seguramente habrá quien considerará que introducir “hombrecitos verdes” en la saga desvirtúa esta película, pero en realidad no deja de ser un mito presente en diversas culturas y que ha continuado vivo hasta la actualidad. Desde Nazca y las pirámides hasta Roswell. Creo que sólo eso ya justifica el que sean tratados aquí.

En cuanto a los homenajes… bueno, hay de todo tipo, desde las menciones a Sean Connery (con esa foto que parece posterior a La última cruzada) hasta la estatua de Doctor Marcus Brody (el tristemente fallecido Denholm Elliott), pasando por el Arca de la Alianza, la clase de la universidad de Indiana, etc. Seguramente harán falta varios visionados para captar en toda su grandeza los detalles que nos han regalado.

Sobre los actores… qué decir, dejando aparte a Harrison Ford tengo que reconocer que se echaba de menos a Karen Allen (Marion Ravenwood), que la química de Ford con Shia LaBeouf, su hijo en la película, es muy buena (por cierto, si Indy no deja nunca su sombrero Mutt no deja de peinarse o adapta la misma postura de Indy al agacharse en la tumba de Coronado, detalles que demuestran lo bien caracterizado que está el personaje) y que Cate Blanchett es, sencillamente, sensacional.

Ahora bien, también hay que decir que se echa en falta a un partenaire de Ford con tanto peso como Sean Connery o, aunque ilógica por la ubicación de las aventuras, la aparición de Sallah (John Rhys-Davies).

¿Hay grandes escenas en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de cristal? Sin duda, sin hacer especial memoria me vienen a la cabeza las del comienzo de la película en el Área 51, la persecución que acaba en la biblioteca de la Universidad, la persecución en el Amazonas, la pelea en el bar de universitarios entre bandas, la reaparición de Marion, las “arenas movedizas”, el juego con las sombras de la silueta de Indy y, sobre todo, la boda con Marion.

Además vemos a un Indiana mucho más maduro y calmado que tiene que refrenar el entusiasmo de su hijo, un Indy que, si bien sigue viviendo “a su manera”, sabe tomarse el tiempo necesario para saborear la victoria en compañía de sus amigos y de su amada.

El humor, otro detalle típico de la saga, está, cómo no, presente a lo largo de toda la cinta y al mismo nivel que el de La última cruzada, con diversos gags y guiños memorables.

De la música poco habría que decir que no se haya dicho ya sobre John Williams, es un genio consolidado y el hecho de que siga oyendo en mi cabeza la música de la película lo dice todo.

Podría seguir y seguir hablando de lo buena que me ha parecido esta película (y espero que lo hagamos en los comentarios), aunque, eso sí, no lo sea tanto como El Arca perdida y La última cruzada, pero creo que ya os habéis hecho una idea de que ¡Indiana Jones ha vuelto!