Hace ya algún tiempo bastante, de la publicación de este libro por Minotauro, pero hasta fechas recientes no había tenido ocasión de leerlo y la verdad es que es una pena porque es un libro francamente bueno.

Sir Able de Gran Corazón es un adolescente que vive en nuestro mundo ignorante de que hay portales a otros mundos, faéricosImagen activa podríamos decir, así que es el primer sorprendido cuando un día se encuentra en una tierra extraña, un nuevo nombre que le hace olvidar el antiguo (que no se nombra en el libro) donde todo es posible y donde, aparentemente, hay un destino para él. Naturalmente tendrá que pasar, sufrir un proceso de adaptación, pero gracias a cierta dosis de picaresca, confianza en sí mismo y cierto grado de locura, conseguirá convertirse por decisión propia, en caballero. Ahora tan solo es cuestión de poder sobrevivir a los múltiples peligros que, aliados y enemigos, colocan en su camino y tal vez logre salir con vida de esta fantástica aventura.
Hasta la fecha apenas había leído un par de relatos cortos de Gene Wolfe, pero tengo que decir que El Caballero me ha sorprendido muy gratamente, la sabia combinación de la narración en primera persona despojado de todo adorno literario, la crudeza del mundo imaginado por Gene Wolfe y la riqueza de este hace de El Caballero una obra digna de ser leída y disfrutada.

Eso sí, no conviene acercarse a este libro sin tener en cuenta ciertos detalles; es un libro de Minotauro y estos están especializados en publicar material de fantasía y ci-fi más maduro. Puede que, desde hace un tiempo, se haya optado por volcar más crudeza en las novelas de fantasía de “fácil” consumo, Dragonlance y Warhammer y demás, pero Gene Wolfe con El Caballero, está por encima. El Caballero es una lectura para un público maduro (que no tiene por qué ser adulto) ya que es el que mejor sabrá apreciarlo.

Queda otro pero y es que la acción no acaba en este libro sino que continúa en un segundo volumen, El Mago, del que os hablaré en cuanto me haga con él (que espero que sea pronto).

Dicho esto, la verdad es que no queda nada más “malo” que decir del libro y sí muchas más cosas buenas que dejaré que descubráis vosotros mismos.

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