El problema de “revisitar” a los clásicos es que uno tiende a olvidar que está ante un comic que estaba dirigido a un público mucho más ¿crédulo?, ¿inocente?, que el actual. Se olvida que lo interesante estaba en la historia y no en los elementos que permiten contarla. {mosimage}Por este motivo es posible que haya lectores que no encuentren de su agrado la recopilación que Planeta de Agostini ha hecho de una de las etapas más recordadas de la serie Legends of the Dark Knight que juntaría a un equipo creativo en estado de gracia: Doug Moench y Paul Gulacy que, a la vez que creaban las dos partes de esta historia que Planeta recopila en el volumen “Batman: Presa” estaban revolucionando el mercado USA con su trabajo en títulos como Shang Chi, como bien nos recuerda Koldo Azpitarte en su artículo introductorio.

Conviene pues fijar en el tiempo, 1900 y 2001, las dos partes de esta historia para que podamos apreciar la prosa de Doug Moench y el estilo de un Paul Gulacy consistente en plasmar con mayor precisión la realidad, alejándose un tanto de sus contemporáneos.

La historia nos presenta a un joven Batman que intenta ganarse la confianza de la policía de Gotham, y de sus habitantes, desgraciadamente un exitoso sicólogo, Doctor Strange, aprovechará el aura de terror de Batman para intentar volver contra él a sus aliados. Esa es básicamente la premisa de la primera de las historias, “Presa”, en la que podemos apreciar una estructura clásica en el argumento y con pocas sorpresas, estructura que Moench cambia totalmente en su secula, “Terror” también recopilada en este volumen, y donde veremos a un Strange que vuelve de “entre los muertos” para tomarse cumplida venganza contra Batman, venganza para la cual reclutará a el Espantapájaros…

Paul Gulacy es un autor que si bien nunca me acaba de convencer por lo rígidas que me resultan sus composiciones, siempre ofrece un alto nivel de dibujo con un detallismo que otros autores ni siquiera sueñan con ofrecer a sus lectores. En “Presa” y en “Terror” podemos, además, constatar la evolución de su estilo, ya que si bien en “Presa” tenemos a un Gulacy más fijado en que sus personajes parezcan reales, en “Terror” vemos como ha cambiado su estilo y su narrativa y expresividad es más propia del comic que del fotorrealismo, un curioso cambio de estilo que, quizás, ha venido impuesto por el éxito de su trazo.

Sobre la edición de Planeta de Agostini, en fin, Batman vende, vende muy bien y eso permite que esta editorial nos pueda ofrecer volúmenes de lujo con gran cantidad de páginas y a un precio imbatible, no hay absolutamente ninguna pega que ponerle a este comic.

“Batman: Presa” es una obra que seguramente apreciarán más los lectores que gusten de historias clásicas, aquellos que conozcan al Detective por trabajos más actuales quizás sientan que el tono del volumen es un tanto ingenuo, pero los lectores veteranos sabrán apreciar en su medida esta obra.