Hace un par de meses Bibliópolis publicó "La Estación del Crepúsculo", tercera novela de Kate Wilhelm en ser publicada en nuestro país. Una ucronía que nos advierte sobre la importancia de la individualidad… y los temores en torno a la clonación.
http://www.via-news.es/images/stories/libros/bibliopolis/estacioncrepusculo.jpgLa estación del crepúsculo
Kate Wilhelm
Título original: Where Late the Sweet Birds Sang
Traductor: Manuel de los Reyes
Ilustración de cubierta: Colin Anderson / Blend Images / Getty Images
Diseño de cubierta: Alejandro Terán
Diseño de colección: Alberto Cairo
Col. Bibliópolis Fantástica nº 62
208 págs., 18,95 euros
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Premios Hugo, Locus y Jupiter
{xtypo_quote} La familia Sumner lo tiene todo: varias granjas en un fértil valle, miembros en todas las profesiones técnicas y liberales que mantienen el contacto en las reuniones familiares, y una enorme fortuna a su disposición. Por ello, cuando estalla la crisis ecológica y comienzan las hambrunas y las epidemias, los Sumner pueden atrincherarse en su valle como en una nueva Arca de Noé, haciendo acopio de medios técnicos y humanos para esperar tiempos mejores mientras la civilización se derrumba a su alrededor.

Pero ni toda su fortuna puede hacer nada contra una cruel consecuencia de la catástrofe: todos los animales, así como los hombres y las mujeres, se han vuelto estériles. Como medida desesperada, los Sumner recurren a la clonación, en principio provisionalmente, hasta que se restablezca la fertilidad.

Sin embargo, el éxito del experimento multiplica el número de los clones hasta que éstos superan a los humanos supervivientes. Entonces se pone de manifiesto una consecuencia inesperada: los clones no sólo comparten una alta inteligencia, sino también una forma callada de comunicación… y la firme determinación de no ceder el paso a sus progenitores, sino reemplazarlos como la nueva especie dominante.{/xtypo_quote}
Kate Wilhelm obtuvo los premios Hugo, Locus y Jupiter con La estación del crepúsculo, posiblemente la mejor novela que ha dado el género sobre el tema de la clonación.

Sobre la autora

Kate Wilhelm (Toledo, Ohio, Estados Unidos, 1928) ha escrito en una multitud de géneros, destacando la ciencia-ficción y la novela policiaca. Junto con su marido, Damon Knight, estableció el famoso taller literario de Clarion, de donde han surgido grandes autores. Recibió el premio Nebula en tres ocasiones, por sus relatos "The Planners" (1968), "The Girl Who Fell into the Sky" (1986) y "Forever Yours, Anna" (1987), y el premio Hugo en una, por su novela La estación del crepúsculo (1977), que también obtuvo los premios Locus y Jupiter.

Corría el año 1977 y todo el mundo aún sufría las consecuencias de la crisis del petróleo, la contaminación era un problema que empezábamos a vislumbrar, así como el calentamiento global y, cómo no, la omnipresente guerra atómica.  No es pues de extrañar que Kate Wilhelm combinase todos esos desastres, sumado a una “gripe” especialmente virulenta y asesina (no, si Luis G. Prado es un editor muuuy listo, jejeje) para crear un cataclismo catastrófico que, en su novela, no sólo destruye a gran parte de la Humanidad. Sino que la esteriliza.

Por suerte, para el ser humano, una poderosa familia de Estados Unidos hace acopio de víveres y tecnología para intentar la supervivencia de la especie humana… a través de la clonación. Se aíslan en un fértil valle y comienzan a producir seres humanos a través de la clonación, confiando en que, tras la quinta generación, el código genético humano “recuerde” la configuración correcta para evitar la absoluta erradicación de la especie.

Aunque la premisa, hoy en día, pueda sonarnos un tanto inocente, lo cierto es que Kate Wilhelm utiliza este escenario para hablarnos, razonar y filosofar, sobre el futuro de la especie. La importancia del individuo sobre el grupo, las dudas morales y éticas sobre la clonación. La importancia de una educación que produzca “genios” y no robots automatizados (como representa la portada del libro). La importancia de la imaginación, de la creatividad… todos esos factores, y muchos otros, son explorados en esta novela gracias a tres personajes que nos dan distintos puntos de vista, David, Molly y Mark.

La Estación del Crepúsculo es una interesante novela, ganadora de prácticamente todo lo que en su día podía ganar una novela, que, aunque con algunos “añitos” a la espalda, es perfectamente capaz de atrapar al lector y llevarlo a reflexionar sobre… la Humanidad. Puede que la ci-fi ya no avance por estos derroteros, pero son de agradecer estas novelas que intentan vislumbrar el futuro.