Ésta es la primera antología de relatos del escritor británico Joe Abercrombie, uno de los grandes maestros de la literatura fantástica. Muchos lectores se sienten reacios a este formato, pero los libros de cuentos y de relatos también tienen muchos seguidores, y son numerosos los escritores que se sienten cómodos con ellos. Nosotros nos contamos entre los segundos, los lectores que disfrutan con este formato breve, que nos parece más confortable, ágil, simple, heterogéneo, dinámico y, habitualmente, sorprendente en su contenido y en su desenlace. Y si están escritos por ‘Lord Grimdark‘, aún más.

En el ejército de la Unión solo hay un individuo que se cree capaz de salvar la situación a la hora de enfrentarse a los gurkos: el incomparable coronel Sand dan Glokta. Curnden Craw y su grupo deben recuperar un objeto misterioso más allá del Crinna. Solo hay un pequeño problema: no saben qué es ese objeto. Shevedieh, la ladrona más hábil de Estiria, va de desastre en desastre con su mejor amiga y mayor enemiga: Javre, la Leona de Hoskopp. Después de años de masacres, el idealista Bethod trata de llevar la paz al Norte. Solo queda un obstáculo: su lunático guerrero, el hombre más temido del Norte, el sangriento Nuevededos.

Filos Mortales” (“Sharp Ends: Stories from the World of The First Law” en la edición original inglesa publicada por Gollancz) es una antología que recoge trece relatos ambientados en el universo del Círculo del Mundo, el lugar imaginario en el que transcurren las historias narradas por Joe Abercrombie en sus novelas, salvo la trilogía del Mar Quebrado (“Medio Rey”, “Medio Mundo” y “Media Guerra”). Algunos de estos trece relatos ya han sido publicados con anterioridad en otros libros y antologías, como “Dangerous Women” (Tor Books, 2013) y “Rogues” (Bantam Spectra, 2014), ambas editadas por George R. R. Martin y Gardner Dozois, que incluyen los relatos “Some desperado” y “Tough times all over“, el relato “The fool jobs” incluido en la antología “Swords & Dark Magic: The New Sword and Sorcery” (Harper Voyager, 2010) de Jonathan Strahan y Lou Anders, incluso en el blog de la editorial americana Tor o estaban incluidos como extras en alguno de sus libros (como “Freedom” y “Yesterday, near a village called Barden“, publicados junto a las ediciones en cartoné de la librería Waterstones de “Tierras Rojas” y “Los Héroes“, respectivamente).

La antología de relatos es un formato que, personalmente, me encanta. Entre otros muchos motivos, porqué brinda al lector la valiosa oportunidad de contar con piezas de considerable valor individual, de un autor en concreto, en una sola recopilación.
Es cómodo, pues permite al lector interrumpir el hilo al final de un relato, dejando la historia cerrada, en lugar de cortar al final de un capítulo. Un libro, por el contrario, es normalmente una narración extensa y compleja, y cortar a media lectura suele ser difícil porque el lector desea cerrar la novela en un punto que sea, de alguna manera, una conclusión comprensible y coherente desde donde retomar más tarde.
Es simple por su extensión reducida, aunque el escritor debe utilizar un mínimo número de palabras para transmitir el máximo de intensidad emocional. En realidad los escritores suelen afirmar que escribir un cuento corto es mucho más difícil que escribir una novela, pues la limitación en su extensión obliga a ser parco y concreto, explicar el máximo con el mínimo. Por otro lado, los creadores que recorren a este formato a menudo lo justifican como una herramienta para explorar vías alternativas al resto de su obra, complementos y suplementos de sus otros libros.
Es heterogéneo por su variedad, puesto que las antologías de relatos recopilan en un único volumen de medidas normales las aportaciones diferentes de un mismo autor (o de varios autores distintos) sobre un mismo tema o ambientación. Una agrupación de textos escritos en épocas diferentes, tratando un hilo común, pero que permiten percibir una visión heterogéneo del conjunto global y homogénea. Hay, como es lógico y resulta inevitable por la propia naturaleza de la antología de relatos cortos, el riesgo de caer en la irregularidad y ofrecer distintos grados de brillantez.

Abercrombie es uno de los autores de fantasía más leídos de la actualidad, uno de los más elogiados e imitados, envidiados y premiados. Renovador del género junto a Patrick Rothfuss, Brandon Sanderson y George R.R. Martin, quizás el cuarteto más fantástico de las letras anglosajonas. Los tres tenores de la literatura fantástica, como los definió “El Periódico“, dejando de lado a Martin (“O de los tres mosqueteros si aceptamos a George R. R. Martin como D’Artagnan“, añadían).
No, estas alturas creo que no voy a descubrir al escritor británico Joe Abercrombie (Lancaster, Inglaterra, 1974) a nadie. Al menos, a nadie que visite con cierta asiduidad nuestra página, se lea nuestras recomendaciones literarias o que conozca un poco el género de la literatura fantástica, más allá de los populares y mediáticos Tolkien y George. R.R. Martin. Psicólogo por la Universidad de Mánchester, escritor de novelas de fantasía adulta y editor cinematográfico, su carrera ha sido meteórica, y en menos de una década se ha situado en el Olimpo del género: escribió “La voz de las espadas” entre 2002 y 2004, fue editada en 2006 por la editorial Gollancz, le siguieron los otros dos libros de la trilogía en 2006 y 2007 (“Antes de que los cuelguen” y “El último argumento de los reyes“), y en 2008 ya participaba en la serie World of Fantasy de la cadena británica de televisión BBC junto con otros autores de talla mundial y largo recorrido como como Michael Moorcock, Terry Pratchett y China Miéville. Su ritmo de producción, pese al éxito, no disminuyó. Incluso se aceleró. En el año 2009 publicaba la novela “La mejor venganza“, en 2011 “Los Héroes” y en 2013 “Tierras Rojas“, tres novelas independientes y autoconclusivas ambientadas, a modo de spin-off, en el mismo mundo de la trilogía de “La voz de las espadas”, con la que comparten incluso algunos personajes y autoreferencias. Todas ellas, publicadas en castellano de la mano del sello Runas de Alianza Editorial. En 2014 se atrevió a seguir nuevos senderos, el de la literatura juvenil, con la primera entrega de la trilogía del Mar Quebrado, “Medio Rey“, cuyas siguientes dos entregas (“Medio Mundo” y “Media Guerra“) vieron la luz a lo largo del año 2015. Y el futuro se antoja tan prolífico como ilusionante, pues el autor adelantó que está preparando una nueva trilogía ambientada en el universo de “La Primera Ley”… y que tiene otros trabajos en desarrollo (“there are some other irons in the fire“).

En las obras de Abercrombie no hay héroes, ni ninguna referencia a los personajes habituales del género con enormes corazones repletos de bondad, guerreros de brillante armadura que defienden a los débiles y los oprimidos a costa de su propia vida, magos de brillantes y luminosos hechizos que luchan por mantener la oscuridad recluída y encerrada en un rincón. No, en los trece relatos de “Filos Mortales” todos los personajes son personas oscuras repletas de manchas negruzcas en un mundo oscuro, sean viejos o jóvenes, hombres o mujeres, valientes o cobardes, temerarios o prudentes, ingenuos o curtidos, muertos o supervivientes. Las matanzas, las escaramuzas y cada una de las muertes nos descubren el alma verdadera de quien sostiene la daga, de quien empuña la espada que ha provocado la herida fatal, de quien se enfrenta a la muerte con la serenidad en el rostro pero el miedo en los huesos, de quien yace en el polvo y con las entrañas al aire buscando una explicación a la absurdidad de su destino cruel, de quien huye del campo de batalla en busca de su propia salvación y de quien asesina al inocente sin la menor piedad. Asesinos y torturadores, matones sin escrúpulos y borrachos traidores, sangrientos mercenarios y arribistas con ínfulas. Todos los personajes son más negros que blancos, pero están llenos de grises, y eso debe tener algo que ver con la formación de Joe Abercrombie, psicólogo, que ha sabido construir personajes creíbles, complejos y profundos. Imperfectos. Justo lo que se conoce como fantasía ‘grimdark’, con historias de trama y diseño oscuro, con entornos racistas, inmersos en guerras interminables, sin héroes puros e ingenuos.
Sí, en efecto, no os encariñeis con nadie: la muerte no perdona en los caminos que recorren las novelas de Abercrombie, y cualquiera puede terminar con el cuello cortado de un solo tajo, salpicando de sangre a todos a quienes le rodean. Es igual si son jóvenes sin experiencia en la vida lanzados a la aventura con la inconsciencia de la edad, o matones curtidos en mil batallas que se enfrentan a la persona equivocada en el momento menos adecuado.

Los trece relatos de “Filos Mortales: Historias del Mundo de la Primera Ley“, independientes y autoconclusivos, son geniales, todos ellos, y no defraudan ni un ápice desde el momento que nos permiten reencontrarnos con personajes a los que los aficionados de Abercrombie conocemos de sobras, como Sand dan Glokta, Bremer dan Gorst, Logen Nuevededos, Jezal dan Luthar, Monza Murcatto o Bethod y sus Carls, entre otros, pero el escritor británico también nos sorprende con nuevos personajes, como la ladrona Shevedieh o Javre, la Leona de Hoskopp, que debutan en estas páginas, y recorrer rincones tan distantes del Círculo del Mundo como Sipani, Dagoska, Crinna, Westport o Talins.
Violentas, crudas, descarnadas, sin compasión y afiladas como las armas de sus personajes, las trece historias transcurren desde antes de “La voz de las espadas” hasta después de “Tierras Rojas“. Ordenados cronológicamente, los relatos siguen, completan y acompañan a las tramas y los acontecimientos narrados en las novelas del Círculo del Mundo, y aunque todos ellos se pueden leer de forma independiente se disfrutarán mucho más conociendo de antemano la obra de Abercrombie y encajando cada una de las historias en el lugar que les corresponde. A saber:

En “Un magnífico bastardo” (“A beautiful bastard“) asistiremos al día de la caída de Sand dan Glokta, cuando el noble héroe de la Unión, futuro tullido, se lanzó a defender un puente en la lejana Gurkhul y selló su funesto destino.

En “Pequeños favores” (“Small kindnesses“) conoceremos a Shevedieh, la que fuera la mejor ladrona de Westport, que es incapaz de dejar atrás su vida criminal por mucho que se empeñe, aunque todo cambiará cuando su camino se cruce con el de Javre, la llamada Leona de Hoskopp.

En “Trabajos ridículos” (“The fool jobs“) nos reencontraremos con Curnden Craw y sus hombres, incluido Whirrun y su Padre de las Espadas, que deben robar un objeto fuertemente custodiado por el Clan del Zorro.

En “Perdiéndose” (“Skipping town“) seguimos las andanzas de Shev y Javre, extraña pareja, que se ven envueltas en un altercado (un nuevo altercado) cuando las viejas amigas del templo de Thond, las Templarias de la Orden Dorada, buscan ajustar cuentas con la desertora que las abandonó.

En “Infierno” (“Hell“) afrontremos junto a un joven acólito, Temple, la caída y el terrible saqueo de la ciudad de Dagoska a manos de los gurkos y los Devoradores.

En “Dos son compañía” (“Two’s company“) Javre y Shev se topan con Whirrum de Bligh en un lugar perdido del Norte, y pese al desmesurado orgullo de los guerreros, unirán sus espadas para enfrentarse contra sus respectivos perseguidores. Después del combate, regados en la sangre y las vísceras de sus enemigos, El Tarado y la Leona de Hoskopp podrán continuar con sus escarceos amorosos.

En “Lugar equivocado, momento equivocado” (“Wrong place, wrong time“), tres desafortunados personajes como el contable Canto Silvine de la banca Valint y Bank de Estiria, la cortesana Onna de la Casa de Placer de Cardotti en Sipani, y el soldado Predo de las tropas del Gran Duque Orso en la batalla de Ospria, se ven envueltos en la despiadada venganza de Monzcarro Murcatto, ‘La Serpiente de Talins’. Unos, con mayor fortuna que otros.

En “Algo de forajida” (desafortunada traducción de “Some Desperado“), un relato nominado a los premios Locus del año 2014, como si fuese un western clásico, Shy South se enfrenta a tres de sus antiguos compañeros forajidos, a quienes engañó, en un polvoriento pueblo abandonado en medio de ninguna parte. Aunque tiene todas las cartas en su contra uno no debe nunca fiarse del ingenio y la desesperación de un animal acorralado.

En “Ayer, cerca de una aldea llamada Barden” (“Yesterday, near a village called Barden“) nos trasladamos poco antes de la batalla de “Los Héroes”, a las filas de la Unión, y aunque el autor sigue el desafortunado destino de un joven oficial (que, como cualquier película bélica que se precie, sella su destino ante la Gran Niveladora cuando escribe una carta a su esposa y manifiesta su voluntad de vivir)… mira de reojo y sin pudor al célebre espadachín Bremer dan Gorst.

En “Tres son multitud” (“Three’s a crowd“), Shev y Javre deben rescatar a una cautiva de una fortaleza inexpugnable en una historia que, como suele ser habitual con Abercrombie, nada es lo que parece y la traición, el engaño y la mentira se esconde en todos los rincones.

En “¡Libertad!” (“Freedom“) se presenta como la versión novelada de la vida del célebre Nicomo Cosca, rufián sin honor ni valor al que la historia escrita encumbra y ennoblece. Una gran farsa del escriba Spillion Sworbreck, respecto a como la ciudad de Averstock fue ‘liberada’ por la Compañía de la Graciosa Mano, que demuestra un concepto muy repetido: la historia la escriben los vencedores y, por lo tanto, es la fabricación de un simple mentiroso.

En “En todas partes cuecen habas“, despedida y cierre de las andanzas de Shev y Javre, y de Carcolf, entre las nieblas de la ciudad de Sipani mientras seguimos un valioso botín que va pasando de mano en mano, de ladrón a ladrón, siguiendo el paquete a través de una amplia galería de personajes, algunos viejos conocidos y nuevas incorporaciones, hasta volver de nuevo a su lugar de origen.

En “Creando un monstruo” (“Made a monster“) viviremos los esfuerzos de Bethod por convencer a Logen Nuevededos, cuando aún era conocido como el Sanguinario, de la necesidad de poner fin a las disputas con sus rivales y alcanzar, por fin, la paz en las tierras del Norte pero, ¿quién puede razonar con un loco?

Abercrombie es sorprendente, con talento, complejo, seco y directo como un puñetazo al mentón. Y en todos y cada uno de estos trece relatos lo demuestra. Sorprendente por ser diferente, innovador y dispuesto a ofrecer algo nuevo al lector. Con talento por mantener la atención del lector y la tensión del relato durante cada frase, párrafo y capítulo. Complejo por ser capaz de trazar los hechos con un mosaico multicolor de personajes tan profundos como carismáticos, hasta el punto que uno desearía que todos y cada uno de ellos contaran con su spin-off particular. Y seco y directo por su calidad literaria abrumadora y su prosa adulta, sangrienta y sin censura, sin omitir la violencia (mucha violencia explícita), descriptiva hasta el más mínimo detalle.

Pese a que cualquiera que lea estas palabras ya debe saber que Joe Abercrombie es el soplo de aire más refrescante que ha recibido el género durante la última década, me parece justo y honesto reiterar, una vez más, mi predisposición a elevar a los altares a un tipo que, con la trilogía de “La Primera Ley“, “Los Héroes” y “La mejor venganza” (y, en menor medida, “Tierras Rojas“), me ha convertido en su más fiel seguidor. Debo finalizar, una vez más, rindiendo pleitesía a mi indispensable Vic, que hace varios años ya me insistía con vehemencia que me zambullera en la obra de Abercrombie, y a sus palabras me remito: “Si tienes interés por leer fantasía adulta, de esa que le da sopas con honda a George R.R. Martin, si quieres conocer al Tarantino de la fantasía, sin duda Joe Abercrombie es el autor al que debes seguir.

Filos Mortales: Historias del Mundo de la Primera Ley.
Autor: Joe Abercrombie
Traducción: Javier Martín Lalanda
Colección: Runas
Fecha de publicación: Noviembre de 2016
ISBN: 978-84-9104-522-9
Formato: 14,50×22,00cm. Cartoné. Color
Páginas: 368
Precio: 21,50 euros