Desde hace unos años el panorama de las series de TV estadounidenses vive un momento de oro, una época dorada, donde la calidad brilla por todas partes. Grandes series son canceladas sencillamente porque otras grandes series se “comen” a su público. El telespectador pocas veces ha podido disfrutar de momentos tan especiales. Por eso es justo recordar una auténtica Obra Maestra que te convulsiona e impacta: “Hermanos de Sangre” (“Band of Brothers”).

Hermanos de sangre, Band of brothers

OBRA MAESTRA

Año:2001 Título original: BAND OF BROTHER  Protagonistas: Damian Lewis, Donnie Wahlberg, Ron Livingston, Matthew Settle, Rick Warden, Frank John Hughes, Scott Grimes, Neal McDonough, Rick Gomez, Eion Bailey, James Madio, Kirk Acevedo, Michael Cudlitz, Richard Speight Jr., Dexter Fletcher, Ross McCall, Shane Taylor, Peter McCabe, Robin Laing, Matthew Leitch, David Schwimmer, Marc Warren, Peter Youngblood Hills, Mark Huberman, Dale Dye, Nicholas Aaron, Ben Caplan, Mark Lawrence, Tim Matthews
Género:BÉLICA Distribuidora: WARNER Música: MICHAEL KAMEN Nacionalidad: ESTADOS UNIDOS.

Había visto ya “Hermanos de Sangre” poco después de que la estrenaran en Tele 5 en uno de esos horarios imposibles gracias a un amigo que me pasó unos vídeos y me pareció magnífica. Durante las vacaciones de verano, aprovechando mis vacaciones me dediqué a recuperarla ya en DVD, con pantalla grande, proyector y dolby digital (no lo digo para fardar, sino para explicar que le ha sacado todo el partido posible a las imágenes) y me pareció definitivamente una OBRA MAESTRA de la televisión y sin duda alguna una de las mejores series de televisión que he visto en mi vida. Desde luego crece con el segundo visionado y eso es sinónimo de calidad.
Viendo el cine actual muchas veces en los últimos años nos hemos preguntado dónde están los sucesores de los genios que poblaban los grandes estudios de Hollywood y que hicieron posible décadas de cine tan fabulosas, ricas y memorables como las de los años 30, 40 y 50 (la época dorada de Hollywood). La tradición audiovisual de aquellos tiempos no ha podido perderse y desde luego no lo ha hecho, pero los herederos de tan magníficos operadores, técnicos, guionistas y directores está mayoritariamente en las productoras de televisión. Sólo hay que hacer recuento de las magníficas series que nos llegan y nos han llegado en los últimos años.

Hermanos de sangre” nace a partir de un proyecto cinematográfico, el de “Salvar al soldado Ryan” y lo hace porque Steven Spielberg y Tom Hanks (productores de la serie) se dieron cuenta que tenían mucho más que contar sobre la segunda guerra mundial, disponían de los medios necesarios para hacerlo y sentían un deber moral con los veteranos con los que trabajaron para hacer la película. Viene a ser algo parecido a lo que el propio Spielberg hizo con el documental homenaje a los judíos víctimas del holocausto tras “La Lista de Schindler” en 1993.

La serie la he recuperado en la edición en DVD que con caja casi de edición de coleccionista salió a la venta en España hace unos años. Consta de 6 DVDS con los diez episodios de la serie, un documental con los veteranos de la compañía Easy, vídeos de los diarios de rodaje y un especial de cómo se hizo la serie. En total más de 10 horas de imágenes inolvidables y, sin duda, un homenaje inolvidable para los miembros de la compañía Easy, protagonista de la serie, algunos de ellos todavía con vida y que se reúnen anualmente para compartir experiencias y recordar viejos tiempos.

Como rezan los créditos de la serie:

En 1942, los voluntarios paracaidistas debían saltar tras las líneas enemigas. Entre ellos, estaba la compañía que luchó en primera línea de la guerra europea. Saltaron con paracaidas sobre Normadía el Día D, lucharon para la liberación de Holanda, resistieron durante la Batalla de las Árdenas y conquistaron el Nido del Águila de Hitler. Esta compañía sufrió el mayor número de bajas de la guerra. Eran los hombres de la Compañía Easy. 506º Unidad Infantería Paracaidista. 101ª División Aerotransportada. Esta es su historia.”

La serie se estrenó en Estados Unidos en septiembre de 2001 y consiguió 6 premios emmys (entre los que se encuentran el de mejor mini-serie, casting y director) y un globo de oro. Su presupuesto fue de 120 millones de dólares y fue el proyecto estrella de la HBO en colaboración con Dreamworks y Play Tone. Está basada en varios best sellers de Stephen E. Ambrose y en relatos verídicos de veteranos de la guerra que también aparecen al comienzo de los episodios explicando sus experiencias.

Su calidad técnica es innegable. Está rodada con técnicas del momento, simulando algunos de los documentales e imágenes de los que se disponen de la época pero actualizando sus imágenes. Su fotografía, por ejemplo, está desaturizada y da sensación de haber sido rodada en otra época, pero lo que vemos en pantalla suena a real, próximo, verosímil y las escenas de acción están a la altura de las mejores del cine actual. De hecho Hanks y Spielberg se tomaron la serie como un proyecto de gran envergadura y se han aprovechado las técnicas de “Salvar al soldado Ryan“, con la que la serie tiene un relación estrecha. Otro aspecto muy destacable es que casi toda la serie fue filmada en escenarios exteriores en Inglaterra (el rodaje tuvo lugar durante nueve meses en Hatfield) y ello contribuye a darle una gran fuerza visual. No obstante, también se usan escenarios y decorados de una calidad sobresaliente (en especial el del bosque de Bastogne).

Especialmente reveladores de cómo fue el rodaje y de la importancia que le dieron a la serie son los vídeos que el actor Ron Livingston filmó sobre las semanas en las que el equipo al completo se estuvo formando militarmente con el capitán Dale Dye. Los 40 ó 50 actores que componen el grupo principal fueron adiestrados durante días como si de un pelotón militar se tratara y eso da cuenta de la dedicación y esmero que se puso en la serie y se deja notar posteriormente en sus interpretaciones.

Uno de los aspectos que más me gustan de esta serie es que no se hace un canto patriótico al modo del cine bélico de muchas grandes superproducciones. Algunos títulos como “Objetivo Birmania“, “Los cañones de Navarone“, “El día más largo“, “Sangre, sudor y lágrimas“, “La patrulla perdida“, “Destino Tokio” o “Patton” han tratado de ensalzar el mundo militar y las hazañas del ejército convirtiéndolas en una suerte de épica moderna; pero también hay otras películas como “Senderos de gloria“, “Nacido el 4 de Julio“, “El regreso“, “La delgada línea roja” o “Apocalypse now” que muestran el sinsentido de la guerra o el infierno que ésta supone. “Hermanos de sangre” está a medio camino y resulta mucho más verosímil que cualquiera de estos dos tratamientos. Lo que se pretende hacer es un homenaje a las personas que dieron sus vidas o sus esfuerzos en la segunda guerra mundial, pero no se busca ensalzar al soldado como máquina de matar, ni como defensor de la patria, lo que se busca es la verdad de su experiencia como ser humano y eso es lo que te llega y lo que hace grande a la serie.

De inicio sorprende que la banda sonora de Michael Kamen (magnífica por cierto y de esas que perduran en el recuerdo durante días y días) no es rimbombante ni busca la grandiosidad. Es melódica, melancólica, agridulce y esto es porque se acomoda perfectamente a lo que pretende la serie, a cómo es la serie, a lo que cuenta.

Particularmente me encanta que sea sobretodo y ante todo una serie de personajes y que se centre en sus vivencias. En los momentos de alegría, de pena, de recogimiento y de batalla, porque eso la hace más creíble, más verosímil, más próxima. No hay presentaciones, de repente te encuentras como espectador siendo un miembro más del pelotón y como, si de verdad formaras parte de la compañía Easy, vas conociendo poco a poco a tus compañeros. Estoy pensando que esta serie es muy masculina. Es decir, se comprende muy bien en qué consiste entrar a formar parte de un grupo humano formado por hombres, ya que no aparecen apenas mujeres en el relato (no por capricho o machismo, no combatieron). Las bromas iniciales, aparentemente superfluas y superficiales, vas dándote cuenta que son un recurso para huir de la tensión; vas comprendiendo la camaradería entre unos y otros; cómo se apoyan; como se comprenden con una mirada, un guiño o una broma; el respeto que se crea o no entre ellos; la admiración en ocasiones y sobretodo se deja ver la amistad que van formando, el sentido de clan, de grupo que lucha unido contra la adversidad. Terminas sintiéndote compañero de todos los personajes y los conoces casi exactamente a como lo harías estando allí porque sólo hay pinceladas del comportamiento en batalla de cada uno de ellos. Y esto es algo que Spielberg no podía conseguir del todo en “Salvar al soldado Ryan” porque no le daba tiempo en una película para explicarlo adecuadamente y en ese sentido la serie es única.

En realidad es una serie coral sin protagonista  porque el protagonista es la propia compañía Easy, pero sí es cierto que hay un personaje que sobresale y que hace las veces de narrador gran parte del tiempo. Se trata de Winters (foto de la izda), un personaje introspectivo, de gran humanidad e innegable valía militar, al que vemos en numerosas ocasiones en silencio, reflexionando, comprendiendo que la guerra y matar no tiene nada de grato.

Pero no sólo está dirigida la serie para quien quiere sacarle un partido digamos humanista, también hay cabida para quien busca emoción, acción, entretenimiento  e incluso hay momentos que explican muy bien quién, cómo y por qué se termina convirtiendo en héroe de guerra (fijaros los que la veais en el Teniente Spears,  cualquiera le acompañaría hasta el infierno mismo confiando en sobrevivir). Todo hay que decirlo, Spears (foto dcha) es el contrapunto de Winters y ambos mis dos personajes favoritos de esta maravillosa serie.

Si no la habéis visto os recomiendo que lo hagáis y si lo habéis hecho veréis como crece en visionados sucesivos. Antológica.

Por cierto, están preparando una segunda parte sobre la segunda guerra mundial en el Pacífico. Ardo en deseos de verla.