Buried” se está convirtiendo gracias a la crítica, a Sundance y a una ingeniosa maniobra de publicidad en la película del momento y no sin méritos, pero conviene que puntualicemos y expliquemos bien por qué y a qué se debe.

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Países: España.
Duración: 94 min.
Género: Thriller psicológico
Interpretación: Ryan Reynolds  (Paul Conroy), Robert Paterson (Dan Brenner), José Luis García Pérez (Jabir), Stephen Tobolowsky (Alan), Samantha Mathis (Linda Conroy), Warner Loughlin (Donna Mitchell/Maryanne Conroy), Ivana Miño (Pamela), Erik Palladino (agente Harris).
Guión: Chris Sparling.
Producción: Rodrigo Cortés y Peter Safran.
Música: Víctor Reyes.
Fotografía: Eduard Grau.
Montaje: Rodrigo Cortés.
Dirección artística: María de la Cámara y Gabriel Paré.
Vestuario: Elisa de Andrés.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en España: 1 Octubre 2010.

Digo esto porque hay un dato muy importante a tener en cuenta: es una película de hora y media sobre un tipo enterrado en un  ataúd y no hay ni una sola imagen que sea fuera de él. Conviene explicarlo para que nadie anticipe otra cosa y todo el mundo vaya sobre aviso, es preciso estar preparado para lo que se va a ver. Desde luego tal peculiaridad es en sí misma una limitación por el simple hecho de que sólo hay un espacio minúsculo en donde se desarrolla la historia, que a menudo no vemos nada o vemos poquito si el protagonista no se alumbra con algo y que el único diálogo es el que desarrolla con un teléfono móvil. Que esa limitación el director la haya convertido en una ventaja aplaudida demuestra su valía, pero es desde luego un obstáculo que no será salvado por cualquier tipo de público. Mucho ojo, no nos dejemos llevar por lo que escuchamos o leemos.

Particularmente creo que películas con este tipo de planteamiento son un buen sistema para darse a conocer (ocurrió algo similar con “El mariachi” o “El proyecto de la Bruja de Blair” por poner dos ejemplos) o para experimentar con tu carrera ya consolidada (no es el caso, pero sí es lo que Hitchcock hizo con sus episodios televisivos y de ahí qque se compare a Cortés con el maestro) y se convierten en referencia porque el cine experimental siempre lo es; pero lo que dice la crítica puede llevar a engaño a cierto tipo de espectadores. Hagamos un repaso por algunos comentarios para ilustrarlo que he sacado de la reseña de Filmaffinity:

“Asombroso Ryan Reynolds (…) El efecto es genuinamente espeluznante, pero ni se te ocurra ver ‘Buried’ si sufres de claustrofobia” (Rex Reed: The New York Observer)
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“Una obra histórica para el cine español (…) soberbio ejercicio de estilo (…) apabullante entretenimiento (…) cine del grande” (Javier Ocaña: Diario El País)
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“Un ejercicio de talento cinematográfico que asombraría al propio Hitchcock (…) con un sarcasmo trágico y un punto exagerado que resulta tan entretenido y visual como una carga de indios en un western. (…) Reynolds realiza un trabajo sobrehumano (…) Puntuación: **** (sobre 5)” (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
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“El milagro se produce: el espectador queda clavado en su butaca desde el arranque hasta el desenlace sin que la angustia mengüe un solo instante” (Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia)
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“Terror psicológico, al más puro estilo Stephen King. (…) Cortés logra transformar un incómodo experimento en una experiencia única (…) Puntuación: ***** (sobre 5)” (Mariló García: Cinemanía)

En efecto, todo es cierto, la película agobia, produce claustrofobia (especialmente al comienzo, cuando todavía estás asimilando la situación, yo pensaba en los primeros quince minutos que no podría aguantar porque me estaba revolviendo en la butaca) y es un poderoso y efectivo ejercicio de estilo y de terror psicológico; pero yo pregunto ¿Puede esta película convertirse en la preferida de alguien? ¿O más bien es el experimento de moda? Lo digo porque por experimental, más que Lars Von Trier en los últimos años pocos directores, pero sus películas son más académicas que entretenidas y yo al menos no concibo una buena película sin ambas cosas. Es decir, lo que quiero explicar es que, de acuerdo, “Buried” es ya una película de referencia y se hablará de ella en todos los manuales de la historia del cine, pero algo muy distinto es que para todos los que la veamos sea una película redonda, como parecen darnos a entender los comentarios. Y matizo aún más mi explicación: Sí será perfecta para quien valore un proyecto en función de sus propias posibilidades, pero no para quien valore una película en un contexto más global. Es decir para quien crea que una película sobre un tipo enterrado no se puede hacer mejor, esta película es un 10; pero para quien valora una película en función de lo que le aporta o en comparación con otras, puede no serlo, puede de hecho ser hasta aburrida e insulsa ( Y ¡ojo! que yo opino lo contrario).

Puntualizados los comentarios que leemos en prensa estos días, sí es cierto que la película está muy lograda, muy trabajada, muy conseguida y que, desde luego cae simpática desde el principio. Saber que es española (aunque esté rodada en inglés), que seguramente es la película hispana con mayor distribución comercial en todo el mundo, que tuvo una gran acogida en el festival de cine independiente de Sundance y que detrás de ella hay un trabajo minucioso son un gran tanto a favor. Además lo experimental suele contar siempre con el apoyo de la crítica, que quiere ver proyectos que se arriesguen y sean distintos que lo habitual y por supuesto “Buried” es todo eso.

Puede parecer que una película rodada en una caja es lo más fácil y barato del mundo, pero nada de eso. El rodaje duró diecisiete días en los que el director trabajó a destajo a razón de unas veinte horas diarias rodando y montando para llegar a  tiempo de proyectar la película en Sundance, su mejor escenario de presentación posible. Además las dificultades del rodaje se multiplicaron a causa de la necesidad de evitar el cansancio del espectador a todos lo niveles: se usan recursos argumentales claro (alguno  francamente conseguido por la tensión que incorpora, no digo cual pero resulta evidente) pero también visuales y el director juega con el montaje, los puntos de vista, mueve la cámara, realiza travellings y giros imposibles dentro de la caja, lo cual supone un importante trabajo de creatividad y obliga a complicados requiebros artísticos (tuvieron que construirse hasta siete ataúdes de características diferentes para hacer posibles todos los movimientos de cámara).

Y es obvio que una película de estas características no funciona sin un buen guión y un actor capaz de transmitir el agobio del personaje. Tanto uno como el otro son magníficos. El guión incorpora sus buenas dosis de ironía y denuncia y los diálogos nos ofrecen toda la información que necesitamos para “sufrir” con el protagonista; pero desde luego Ryan Reynolds está extraordinario.

Por lo que a mí respecta la hora y media se me ha hecho ligeramente larga, con un comienzo que sí me ha incomodado y agobiado, después asimilas la situación y el estilo de la película y penetras más intensamente en el drama del personaje; pero hay un tramo a mitad de película en el que todo parece “atascarse” un poco y es entonces cuando la película remonta y te brinda una media hora final intensa y realmente apasionante.

Es decir, un reto fantásticamente superado, una película de la que pueden correr ríos de tinta y opiniones de todo tipo, una referencia indudable de aquí en adelante como en otro tipo fueron tantas otras películas experimentales; pero también una película dura de pelar, más apropiada para el estudioso y el voyeur fílmico que para el espectador para quien el cine es ante todo una vía de escape y evasión. Es lo que tiene un proyecto arriesgado como éste.