Drizzt Do'Urden es, sin ningún género de dudas, el personaje más conocido (y reconocido) del escritor de fantasía R.A. Salvatore y, si atendemos a lo que él mismo afirma en el prólogo del cómic "La Morada" de Andrew Dabb y Tim Seeley editado en castellano por Norma Editorial en su colección Alquimia, algo más que una mera creación literaria que ha trascendido el papel para convertirse, por méritos propios, en icono del género. Imagen activaLa Morada es un primer volumen de tres (le seguirán El Exilio y El Refugio), de Andrew Dabb y con Tim Seeley al cargo de dibujos y portadas para Devil's Due Publishing, que adapta la trilogía literaria original de R.A. Salvatore El Elfo Oscuro al cómic, con el propósito de mantenerse fieles al espíritu, al ambiente y a la historia. Y sin ninguna duda Dabb y Seeley lo consiguen.
El Elfo Oscuro es la historia de Drizzt Do'Urden, un drow, un elfo oscuro habitante de la Antípoda Oscura de los Reinos Olvidados, hijo menor de la décima casa noble de Menzoberranzan, Daermon Nashezbaernon (conocida comunmente como Do'Urden), de la madre matrona Malicia y su consorte Zaknafein, maestro de armas de los Do'Urden, nacido durante el ataque contra la casa De'vir, cuarta casa de Menzoberranzan que había perdido el favor de la diosa araña Lloth. Y la historia de Drizzt es la historia del desencuentro de un individuo con una sociedad a la que no entiende y que no le acepta como diferente, un drow que no comparte la maldad de sus congéneres, pero que se ve arrastrado por las exigencias de su casa y de la sociedad en la que vive.
La historia de Drizzt, el viaje por la conciencia de un hombre, se narra en tres escenas, tres capítulos donde el primero de ellos, La Morada, simplemente nos presenta el personaje y la realidad que le ha tocado vivir, así como sus dos únicos apoyos reales: Zaknafein, maestro de armas Do'Urden considerado el mejor espadachín de Menzoberranzán, y Guenhwyvar, una pantera del plano astral ligada a una estatuilla de ónice propiedad de su enemigo Madroj. Y con la pérdida de Zaknafein y el reconocimiento de la propia realidad, los motivos necesarios para abandonar su casa y exiliarse en las tinieblas de la Antípoda Oscura, una tierra estéril y sin piedad. Más adelante, cerrando la trilogía y las tres escenas, su viaje a la libertad lo conducirá hasta la superficie, a la luz, hacia Faerûn. La Morada es un preludio, el inicio de un camino de redención, pero es una historia cerrada que puede prescindir de sus dos volumenes siguientes para disfrutarla como lo que es: una magnífica adaptación al cómic de un clásico de la literatura fantástica contemporánea.

Andrew Dabb y Tim Seeley llegan a La Morada con una cimentada y contrastada experiencia profesional. El primero, con guiones en la adaptación de las Crónicas de Dragonlance, Atomika, G.I. Joe Sigma 6, Ghostbusters: Legion y pequeñas colaboraciones con los coreanos de Mega City 909 y el segundo con guiones y dibujo en Hack/Slash y Loaded Bible y solamente dibujo en Kore, G.I. Joe o G.I. Joe vs. Transformers.
Además de Dabb y Seeley, responsables al guión y al dibujo del cómic, y del ejército de entintadores Andrew Pepoy, Serge Lapointe, Derek Fridolfs, Marco Galli y Dennis Crisostomo, esta reseña de La Morada no puede omitir a su creador original, Robert Anthony Salvatore, el más prolífico escritor de los Reinos Olvidados y el que más ha enriquecido este universo de fantasía creado por Ed Greenwood. Nacido en una pequeña localidad del estado norteamericano de Massachusetts, en 1959, Salvatore es un escritor de fantasía conocido sobre todo por sus novelas de Reinos Olvidados, publicadas en castellano por la editorial Timun Mas, y en las que Drizzt ha protagonizado más de una docena de ellas para erigirse en elemento indispensable de las tierras más al norte de Faerûn, el Valle del Viento Helado, siempre acompañado de su fiel pantera Guenhwyvar, sus dos cimitarras (Centella y Muerte Helada) y sus fieles amigos Catti-brie, Bruenor Battlehammer, Regis el Halfling y Wulfgar el Bárbaro.

Su adaptación al cómic (y, quizás algún día, a la pantalla grande) era una consecuencia inevitable de la evolución de una serie y un personaje pero, a su vez, una responsabilidad muy grande para el destinatario del encargo. Dabb y Seeley asumieron la papeleta con profesionalidad y el resultado final es espléndido. Y es que es un hecho manifiesto que se han perpetrado barbaridades y verdaderos bodrios por querer adaptar una serie, un personaje de un medio a otro sin la adecuada supervisión de sus creadores originales, o desaprovechando las potenciales posibilidades del producto o, simplemente, dejando la batuta a mediocres y limitados artistas. Pero éste La Morada no es el caso. Norma Editorial ha asumido la edición de la obra en castellano, en su colección bimestral Alquimia (donde alberga varias adaptaciones literarias de ambientaciones similares y cómics de corte fantástico, como Arrowsmith, Beowulf, Dragonlance o Fafhrd y el Ratoner Gris) en un digno formato prestigio, a todo color, para contener las 144 páginas del magnífico trabajo realizado por Dabb y Seeley. Dabb permanece fiel a la historia de R.A. Salvatore sin apenas omisiones ni recortes, tratando todos los elementos de la narración original con la misma importancia, y reconduciendo de forma óptima el lenguaje escrito al lenguaje visual del cómic para que el dibujo de Seeley (y esa acertadísima paleta de colores elegida para representar la Antípoda Oscura por parte de Blond) cierren el círculo.
Todos los elementos de la novela se han conseguido plasmar con realismo y exactitud. Por ejemplo, en La Morada de Salvatore se nos describió detalladamente a la malvada raza a la que pertenece Drizzt Do'Urden, sus extrañas y crueles costumbres, así como la extraña y exótica Menzoberranzan, una de las ciudades drow de la Antípoda Oscura fundadas hace milenios por los elfos oscuros tras su marcha de la superficie. Y Dabb y Seeley consiguen una reproducción bastante fiel de lo que Salvatore plasmó en palabras… aunque quizás se omite algo de la innata crueldad drow, pero se incide bastante en su naturaleza traicionera. Sea como sea, tanto Salvatore como la editorial Devil's Due han quedado lo bastante satisfechos del resultado final (y de las ventas) como para embarcar de nuevo a Dabb y Seeley en la adaptación de la trilogía original de Drizzt, puesto que La Morada no es la primera aparición literaria de Drizzt Do'Urden sino la precuela de una obra anterior, la trilogía del Valle del Viento Helado, que se inició con la obra La Piedra de Cristal.
Y tras el Elfo Oscuro, Seeley ha enlazado con el encargo de la labor gráfica de una nueva adaptación de obras de Salvatore. En este caso las siete novelas de las Guerras Demoníacas o Demonwars, de manera que el mundo de Corona verá una nueva adaptación al cómic con la editorial Devil's Due, tras un primer intento fallido con la desaparecida Crossgen.