Zangol nos ofrece la reseña que Estopa ofreció en Zaragoza durante las fiestas del Pilar de 2008.


Zaragoza
Pabellón Príncipe Felipe
11/10/2008
22:00 horas
25 euros
Más de media hora tardaron los hermanos Muñoz en aparecer en el escenario del Príncipe Felipe en el último concierto de su triunfal gira de Allenrok y quinta aparición por la capital aragonesa. Los malpensados ya pensábamos que estaban viendo el final del Estonia-España: 0 – 3 jeje, pero bromas a parte y ya en serio, la verdadera razón es que se les estropeó la mesa de mezclas y el técnico tuvo que hacer verdaderas birguerías para sacar adelante el concierto.

Antes de hablar de las cosas buenas de este concierto, que fueron muchas, debo decir que les veo dos pegas a Estopa encima de un escenario después de verlos en esta ocasión en la anterior con Antonio Orozco y David Demaría. Una es que no suenan igual y no me refiero a que el sonido sea malo, sino a que estoy convencido que es un grupo que pierde en directo y luego lo explico más porque esto así dicho queda extrañísimo. La otra es que en su intento por hacerse cercanos, que ambos los son y de hecho parecen alguno de nuestros amigotes subidos al escenario, alargan quizás en exceso las parrafadas y en ocasiones frenan el “subidón” por así decirlo de sus canciones.

Me explico sobre por qué pierden en directo. Esencialmente Estopa son un grupo de letras repletas de guiños con un fondo melódico cañero y pegadizo la mayor parte de las veces y con un cierto tono melancólico en otras. Tanto en un caso como en el otro la propia inercia de un concierto les perjudica y además estoy convencido que aún tienen que pulir un poco su sonido en directo.

Cuando todo el público corea canciones como “Partiendo la pana”, “La raja de tu falda”, “Vino tinto”, “Pastillas de freno”, “Penas con rumba”, “Cuerpo triste”, “Rumbaketumba” y tantas otras que todo el mundo sabe de cabo a rabo (y ésta es una característica que distingue a este grupo y es que quien va a un concierto suyo se sabe todas las letras), lo cierto es que ellos y su directo casi pasan a un segundo plano porque ante todo lo que domina es el canto unánime del público. De hecho son varias las veces en las que ante ese acompañamiento acercan el micrófono al público.

Por otra parte, las canciones más líricas y algunas de ellas me parecen brillantísimas, como “Era” pierden en directo parte de su tono melancólico porque los conciertos de Estopa sobretodo son conciertos cañeros, para el público que abarrota los locales y que quiere pasarlo bien.

Y finalmente, su deseo de ser cercanos, su darlo todo por el público hace que sus conciertos sean auténticos tour de force. Quizás por ello suelen tomarse unos respiros para hablar con el público, para sus bromas o para presentarse y creo que esto les quita parte de la fuerza que consiguen tocando.

Es decir, un concierto de Estopa es ante todo un reunión de amiguetes que cantan canciones a coro y que quieren pasarlo bien, se respira buen rollo y la gente sale contentísima (yo también lo hice), pero si nos ponemos exquisitos sabemos que respecto a los discos algo se pierde en el camino, aunque sólo sea a nivel sonoro. Sé que estoy siendo muy exigente porque los Estopa consiguen exactamente lo que pretenden, el concierto fue un éxito y el Pabellón Príncipe Felipe vibró con ellos, pero es que yo creo que este grupo es mucho mejor de lo que demuestra en directo.

También decir que “Allenrock” me parece el mejor de sus cinco discos hasta la fecha, un disco redondo, con doce canciones que pueden ser doce sencillos a escuchar una y otra vez en la radio, con rarezas curiosas y simpáticas como “Pesadilla”, caña rockera como la que proporciona “Jugar al despiste” (Para mi gusto la mejor canción en directo), canciones rumberas al estilo de siempre como “Cuerpo triste” “Rumbaketumba” o “Descatalogando” (mi canción preferida de este disco) y tonadas más líricas como “Era” o “El run run”.

En definitiva un buen concierto de uno de mis grupos españoles preferidos y que, pese a lo que lo disfruté, estoy convencido que pueden superar. Seguramente se sorprenderían de lo que digo las miles de personas que salieron encantadas del recinto.